Auf Wiedersehen…

Bueno, me he propuesto hacer lo primero una entrada por categoría, así que hoy me voy a meter un poco en lo personal. Voy a hablar de mi-nuestro regreso a Madrid, después de más de 3 años en este… pueblo: Bonn, la ex-capital de Alemania del Oeste. Y digo pueblo porque es lo que es, muy lejos de parecer una gran ciudad; fue elegido como capital simplemente porque al jefecillo de turno le pareció mejor elegir su pueblo como capital, que una ciudad preparada para ello:

Following World War II, Bonn was in the British zone of occupation, and in 1949 became the capital of West Germany. The choice of Bonn was made mainly due to the advocacy of Konrad Adenauer, a former Cologne Mayor and Chancellor of West Germany after World War II, who came from that area, despite the fact that Frankfurt had most of the needed facilities already and using Bonn was estimated to be 95 Mill DM more expensive than using Frankfurt. Because of its relatively small size for a capital city, Bonn was sometimes referred to, jokingly, as the Bundesdorf (Federal Village). (http://en.wikipedia.org/wiki/Bonn).

Sinceramente, es una ciudad preciosa, tranquila, multicultural… Solo que los bonners no han sabido aprobechar esa multiculturalidad, por muchos cursos de integración que obliguen hacer a los inmigrantes. Sin ir más lejos, mi grupo era mayoritariamente árabes y africanos. Había otra escuela a la que asistían mayoritariamente sudamericanos, y otra a la que asistían los europeos (yo me uní a la de los africanos, claro, que para eso España es norte-africana…).

Es curioso que después de un año llendo casi a diario al mismo parque infantil, no haya cruzado una sola palabra con la gran mayoría de los padres alemanes que asisten allí (con los que sí, no ha sido más que uno hola y adios) también casi a diario. Y no es un problema de idiomas, porque supuestamente aquí “todo el mundo” habla inglés. Ni siquiera intentan crear ningún contacto en alemán, solo porque a la enana la hablo en español e inglés. Sin embargo tengo algunas mamás-amigas en el parque con las que hablo en una especie alemán mezclado con gesticulaciones y todo lo que pueda ayudar a hacerse entender: iraníes, turcas, griegas, rusas… bueno, y evidentemente hispano-hablantes. Es muy triste pensar que el intercambio cultural sucede en Bonn sin que los propios bonners quieran formar parte de ello. Yo, por lo pronto he descubierto que en Irán se cree que todas las españolas son guapas gracias a Penelope Cruz (¿?!!), que en Paraguay se empana con huevo-harina-leche-galleta, que el plátano frito de la República Dominicana tiene que estar de muerte, que la mayoría de las familias musulmanas turcas dan la opción a la mujer de cubrirse o no la cabeza cuando llegan a la adolescencia, que en Rusia también se da un baño diario a los bebés (y no uno a la semana como recomiendan los pediatras alemanes) o que en Somalia se preparan unas empanadillas riquísimas parecidas a las gallegas de mi madre.

Sí, la verdad es que me voy feliz de aquí porque me llevo a mi familia a un lugar cálido donde la gente es también más cálida, pero por otro lado me voy triste por poner punto final a una experiencia enriquecedora.


[Editado el 24 Mayo de 2008 a las 15:45]

Estaba yo pensando en lo que escribí ayer, y de pronto me ha venido una idea a la cabeza: He mentido. No es verdad que solo me hablan extranjeros. De hecho hay una mamá alemana que me habla (en español, muy peculiar porque tiene acento sudamericano) cada vez que viene, que no es muy amenudo. Es curioso, porque esta mujer trabaja en una empresa que ha descrito ella misma como multicultural y dedicada a temas relacionados con la inmigración, aunque no me ha dicho exactamente el qué. Curiosa casualidad, ¿no?

Pero con esto no quiero decir que los alemanes sean racista y antipáticos, hay de todo como en todas partes. Según me ha dicho mucha gente, es cuestión de areas (otros españoles que conozco que viven en otros pueblos tienen unas experiencias muy diferentes a las mías). También es verdad que he conseguido dos buenas amigas alemanas que me han ayudado muchísimo cuando lo he necesitado (una de ellas se mudó por cuestiones de trabajo a otra ciudad, y la otra a USA por estudios hace un año).

También está una pareja de amigos (ella es de Madrid también) que tienen una niña unos meses mayor que Sopheap. Ellos también me han ayudado desinteresadamente en incontables ocasiones. Jamás les estaré suficientemente agradecida. Pero no diré que les voy a echar de menos porque ellos también se vienen a España en breve, y espero poder verles por allí muchas veces.

Y por último, debo añadir lo que más voy a echar de menos de todo lo que dejo aquí, además de esta multiculturalidad, la tranquilidad que se respira, la libertad para salir a la calle sin preocupaciones sea la hora que sea, los grandes árboles que tiñen las calles de rosa en primavera y el maravilloso aunque oscurecido rio Rhein… Voy a echar muchísimo de menos a mi mejor amiga aquí sin duda alguna, una persona maravillosa que he conocido aquí que me ha ayudado muchísimo sin pedir jamás nada a cambio, que se ha dado unos madrugones terribles por mi culpa, y que se ha chupado horas de carretera al volante porque yo se lo he pedido: Susa, “la estrella del oeste”.

Comentarios