Y finalmente, el regreso.

Y no es exactamente al futuro, sino más bien a un pasado paralelo. No me imaginaba yo para nada regresando a mi querida España, ésta España tuya, ésta España nuestra, tan rápido. Tenía toda una ruta programada a lo largo y ancho del continente Europeo para los próximos 10 años (bueno, 6 me quedarían). Y sin embargo aquí estoy, sentada en la cama, disfrutando de un rato de “silencio” (en Madrid no existe tal) y paz, de mi nuevo hogar en mi ciudad natal. Y si ya pienso en los “souveniers” que me he traído, me da la sensación de que durante el rodaje de la película de mi vida, el guionista sufrió un paro cardíaco, y para sustituirle cogieron al primo tonto del director, que se olvidó de leer de que iba el guión ya escrito. O a lo mejor era un estudiante prometedor recién salido de la escuela de cine que quiso apostar por un cambio radical… No se, el caso es que aquí estoy.

Y lo mío me ha costado, que si encima me cuentan que voy a montar eso por volver al país del que me fuí con muchas ganas, lloro de risa una semana. Porque entre el arranque (que no es lo mismo hacerte la maleta y decir “mamá, que me piro!”, que tirar de 3 y uno mismo - con 20 kg de más encima!-), y luego el asentamiento… telita. Y no me puedo quejar, o eso dicen, que he encontrado trabajo y casa en un pis-pas. Pero sí, si me quejo, porque podía ser un curro mejor, y una casa más barata, o podía haberlo conseguido sin haber pasado el verano cagándome en todos los funcionarios de Madrid… No se, opciones se me ocurren mil.

Primero, tema trabajo: fácil, teniendo en cuenta lo que buscaba, algo que me mantuviera entretenida, pero no demasiado, y nos diera un empujoncito para llegar a final de més. Conclusión: teleoperadora (que gran futuro, que gran vocación… ). Dentro de lo malo, está bien. Al menos me dejan usar un poco la cabeza sin tener que comersela a nadie, y la gente de la plataforma es muy agradable. Asi que sí, podía ser peor. Podía estar trabajando de nuevo para Wonderland Group.

Tema casa: vaya tela con las “ayudas” para el alquiler. Que buena patada en la espinilla derecha, le metía yo al que tuvo tan buenas ideas.
- Necesito casa para ayer.

- Muy bien, traiga fotocopiada media vida, laboral y no laboral, y presentese mañana.

- Vale y luego qué.

- Luego le diremos que nos traiga la otra media y venga al día siguiento.

- … Bien, y después qué.

- Pues después tendrá que esperar un mes a que le llamemos para decirle que olvidó fotocopiarse la foto de la primera comunión, y eso dilatará un poco más el proceso.

- Como cuánto.

- Al rededor de dos meses más, porque ahí ya estamos hablando de periodo vacacional.

- Claro… Y cuándo me dicen si la casa es mía.

- Pasado otro mes.

- Bien, y entonces me dan las llaves.

- No. Entonces espera otro mes a que podamos concertar una cita para firmar el contrato.

- Entonces me está diciendo que en medio año aproximadamente, si no olvido ninguna fotocopia y reuno todas las condiciones, incluidas las de la letra pequeña y las de la muy pequeña, estaré en mi nueva casita de 50 metro cuadrados por 900 euros al mes.

- Sí, eso es.

Y después de un mes de pulular de institución en institución (Agencia municipal del alquiler, Plan Alquila y otros dos planes que ya ni recuerdo como los llaman, pero existen), decido llamar a una Agencia, que por una paga extra, me dan la casa que quiero (aunque no al precio que me gustaría) en cuestión de una semana.

Luego llega el momento “Ayudas Sociales”. Esto pasa cuando vienes del paraíso de las ayudas sociales, que te piensas que todo el monte es orégano, incluso cuando pisas tierra española.

Ayuda de Hijos a Cargo:

- Tiene que traer la prueba de que ganó usted menos de 23000 euros el año pasado.

- Pero yo no lo necesito “el año pasado”, lo necesito éste, qeu es cuando no tengo dinero.

- Pero la ley pide que Us. las haya pasado putas el año pasado para disfrutar de ese dinero, aunque éste año esté viviendo como un rey.

- Pero esos papeles están en alemán.

- ………. Entonces no podemos dárselo. ¡Siguiente!

Y ahora estoy con lo de la ayuda del alquiler, que si me la llegan a conceder, solo puedo pillarla un par de meses guarros, y encima la mitad, pero menos es nada. Que ¿para qué van a poner las instituciones en un sitio céntrico si pueden hacerte perder media mañana en metro y la otra media en la sala de espera? Y luego para decirte:

- La cuenta corriente del titular y la cuenta corriente donde se hace el ingreso debe ser la misma entidad bancaria.

- Y eso dónde lo dice.

- En ningún sitio. Lo digo yo ahora. ¿Alguna pregunta más?

- ……… No.

- Muy bien, váyase a disfrutar otro rato del mejor metro del mundo. A la salida damos pamfletitos publicitarios que podrá usar de abanico. Gracias. ¡Siguiente!

Me olvidaba comentar que nada más llegar, perdida como estaba, se me ocurrió acudir al ayuntamiento, a pedir un poco de asesoramiento. Me mandaron a los trabajadores sociales. Así lo hice al llegar a Bonn, y no me fué del todo mal, aunque lo hice tarde. Por eso no quise que esta vez pasara lo mismo. Le expliqué a la chica mi situación. Me dió un par de consejos que se resumen en “Vete a mendigar a todas las instituciones por si cae algo, pero lo dudo”. Y terminó con un “No te preocupes, que no creo que te vuelva a ver por aquí”. Y tenía mucha razón, aunque no por lo que ella pensaba. Algunos tienen mucha suerte de que les paguen por no hacer nada en un bonito despacho.

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