Ayer me ocurrió algo un tanto triste. Al salir a trabajar a las 8 de la mañana (no, eso no es lo triste) , escuché un lamento en las escaleras. Subí siguiendo el sonido y me encontré al final de la escalerita que va a la azotea, a la abuelita del bajo, intentando abrir la puerta, en camisón y sin zapatos. Después de insistir varias veces en que bajara, recibiendo como respuesta una y otra vez "Que me quiero tirar ya", tan solo se me ocurrió decirle "Pero mujer, ¿no ve que está cerrado? Ya vendrá otro día y se tira otro día, que ahora es un poco temprano y la puerta está cerrada". Funcionó y se bajó. Tan solo me daba las gracias una y otra vez por ayudarle. Que penita. Por la noche su vecina me ha confirmado que lo tiene por costumbre. Por costumbre... pero a mi me ha dado un susto que no veas! Me comenta que nadie se hace cargo de ella, sus hijos se lavan las manos, y los servicios sociales tampoco le mandan a nadie...
Por favor, cuando me haga mayor, si llego a ese grado de dependencia, que hagan que parezca un accidente....
Por favor, cuando me haga mayor, si llego a ese grado de dependencia, que hagan que parezca un accidente....
Comentarios
Lo que cuentas de la viejecita es sobrecogedor... pobrecita... Pero lo hiciste genial. ¿eres psicóloga?
besos
No, psicóloga de profesión no soy, pero tengo dos niñas pequeñas, y ya se sabe que a las madres las toca ser un poco de todo! :P
Un besazo!