Adivina adivinanza: ¿Qué hemos estado recolectando hoy? No, no son pipas de girasol. Eso no sería recolectar, sería robar, y es feo. Sé de unas que pasado mañana desayunarán tostadas con mermelada de moras, recién hecha por la abuela Margarita. Qué rico lo que nos regala la naturaleza (y los métodos artesanales elaboran). Y recolectar es una actividad gratificante, al menos para mí lo es; moras, setas (algo que este año no hemos podido hacer…), o gamusinos (bueno, no, eso contaría como caza, no como recolección, y no soy muy partidaria de la caza que digamos…). Estás concentrada en la actividad, tu mente se centra en la búsqueda y recogida, y de forma inconsciente no hay nada más. Es como una meditación activa. En la huerta me pasaba lo mismo cuando tocaba quitar malas hierbas. Por algún motivo el trabajo en contacto con la tierra me resulta muy gratificante. Será porque me conecta con la raíz. Todo el mundo debería encontrar una manera de recuperar esa conexión con la tierra que estamos perdiendo. Creo que es un paso básico para parar el cambio climático (bueno, lo de parar… ya complicado…). No puedes luchar por algo que no sientes como tuyo, y en las ciudades hay demasiada gente desconectada… Porque… ¿cuándo fue la última vez que caminaste largo rato sobre tierra?
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