Winds of change o mi buena mala suerte.

Parece que los aires de otoño este año, traen a mi oído susurros de buenas nuevas. Por lo pronto el día ha comenzado bien, con promesas de prosperidad laboral (que de cero a lo que sea ya se sabe que es fácil prosperar... aunque tal vez haya excepciones que lo confirmen...), no para mí, pero como si lo fuera, porque afectada me veo con ello. Lo triste, por calificarlo de alguna manera, del tema es que suceda ahora, y no antes. Y sin embargo (evidentemente también) habría sido más triste, pero en un grado supremo, que hubiera sucedido más tarde o que no hubiera sucedido. Es que es mi jodida (perdón pero la situación lo requiere) buena mala suerte. Es como en éstas películas americanas de acción en las que el protagonista está pasándolo de pena y cada vez peor y con unas vistas al futuro poco favorables, pero llega en el último segundo, cuando un segundo después ya hubiera sido tarde, y el héroe de turno pone fin a su sufrimiento. Eso podría ser la historia de mi vida, pero sin bombas, marcianos o fines del mundo, es decir, en una versión light. Es la buena mala suerte: llega en el momento justo para que no sea tarde, que dices tú: "*****! Ya podía haber pasado un poco antes y me habría ahorrado un par de disgustos!". ¿O podría ser la mala buena suerte? Es decir, la buena suerte que solo sucede cuando en una escala del 1 al 10, estaba a punto de rozar el 0, como recochineandote la mala suerte hasta el final. No se, no lo tengo muy claro.
En fin, que porque yo lo valgo, y después de ejercer unos días de madre soltera, me he ido a visitar el Salón del Libro Teatral a Nuevos Ministerios, para disfrutar de la lectura dramatizada de un texto de mi queridísimo Araujo entre otros. Natalí Seseña y Ana Amarzo representaban bastante bien los papeles en lo que era la segunda vez, según nos confirmaba Ana después, que leían el texto. Del texto no se si hablar, porque no soy objetiva. Evidentemente me ha gustado mucho. Lo que no me ha gustado y me ha molestado incluso, es que no se sepa nada de este evento. Si no estás metido o relacionado con el mundo del teatro y en concreto de la dramaturgia, ni te enteras de que ésto está pasando. Y es el décimo año. Ni siquiera en la estación de Nuevos Ministerios donde se celebra, está anunciado. Y eso que es gratis. Me parece muy triste porque es el trabajo de gente que se queda para un círculo cerrado a la fuerza. En general es muy triste lo mal publicitada que está la cultura en este país de "pan y circo". Pero ¿en manos de quién está ponerle final? Del gobierno está claro que no....Simplemente, no interesa. ¿Entonces?


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Comentarios

Elisa ha dicho que…
Lo primero: me alegro muchísimo de tu buena suerte aunque sea tardía, que ya iba tocando. Lo segundo: Me uno a tu queja de que esos eventos no se den a conocer. Me hubiera gustado ir (aunque tal como está mi agenda ultimamente no sé si hubiera podido). En fin, me alegro de que saliera bien y de que Araujo siga cosechando éxitos.