El timo de la estampita 3.0

Hoy he seguido el juego a un comercial, sin ánimo de nada. No, no se parecía a los de la foto, sino que era un chico bastante normal. Pero le he seguido la corriente. Solo porque sí. Y he sacado una conclusión de la conversación: si realmente le funciona con alguien, y estas son las técnicas que se usan hoy en día, hemos caído en un nivel muy bajo del consumismo más compulsivo y absurdo.

El proceso es el siguiente: Te llama una mujer muy amable por teléfono, contándote que van a abrir un comercio nuevo en el barrio y que para darse a conocer, en lugar de gastar dinero en panfletos, están dando pequeños obsequios a través de un compañero que lo lleva. Evidentemente tu teléfono está cogido por la guía (en la que ya hemos solicitado infinidad de veces no aparecer, así que no lo entiendo), por lo que tienen tu nombre, calle y número pero poco más. Así que al confirmar los datos de la dirección para mandarte el regalo, cae la pregunta "¿cuál era el piso? -Lo dices- ¡ah, sí, eso!". Bien, ya tienen tu dirección completa para llenarte el buzón a gusto. Al día siguiente se presenta el supuesto mensajero (un chaval elegante, joven y dicharachero, con grandes dotes empáticas), que te trae el regalo y te pide que contestes a sólo 5 preguntas para mejorar la promoción del negocio en el barrio. Le pregunto que productos van a vender y dónde va a estar exactamente y me dice que productos de hogar (¿y la crema de manos que me traen es un producto del hogar? supongo que dentro del hogar está...), y que están pendientes de dos locales en la zona, pero no tienen ninguno confirmado todavía, por falta de licencias. A lo que añade el comentario "Claro, porque no somos chinos, que si no...". Para contestar las 5 preguntas te pide algo donde apoyarse. Ofrezco la mesa que está junto a la puerta de entrada, y rápidamente, antes de darme cuenta, ya tiene una gran carpeta desplegada encima y ha cerrado la puerta tras de sí. Mientras, me cuenta que están haciendo un sorteo de algunos de los productos que van a vender en la tienda, por el mero hecho de haberles atendido al teléfono, y te muestra los productos, típicos de teletienda, todos pseudo-milagrosos (pero de fiar, porque el comercial, que en realidad es enfermero, lo sabe bien), todos ellos abalados por grandes personajes televisivos, como el Dr. de las mañanas de la 1, y gentes con títulos de grandes empresas que no tienes porqué conocer, pero que suenan importantes. Finalmente me pide que elija los 3 que más me han gustado. Solo puedo salvar dos de toda la basura innecesaria que ofrecen: una copia de la termomix (Mastermix), y un colchón, que por rellenar hueco, me pone que sean dos. Me cuenta, a modo informativo, que los tres productos tienen un valor (aproximado, que no recuerdo cifras exactas) de 5000 euros (casi 2000 euros por colchón ¡me quedo muerta! Y eso que todavía no sabía que el cacharro de cocina tiene un valor de 500euros online...). Luego me dice que están haciendo un sorteo, y que cada día sortean entre 100 familias del barrio, y hoy ¡me ha tocado a mí! (Qué mala pata, ya me estoy arrepintiendo de haberle seguido el juego...), motivo por el cual no tendría que pagar esos precios (¡ojo! no habla de gratis, y viene el...)... peeeeero (¿lo dudabas?) como la compra de esos productos para poder regalármelos supone un gasto en impuestos ("para los de siempre, los que nos roban..." y demás coletillas para simpatizar con el descontento de la clase obrera...), ese es el único cargo que se me haría, con lo que los tres productos (2 colchones de 90, y una termomix marca "Ni-Su") se me quedarían en el asombroso precio de..... (redoble de tambor) ¡¡1404 euros!! ¿A quién no le dan ganas de ir corriendo al banco a por ellos y quedarse con semejante tesoro?... Pues a mí, la verdad es que no, y no solo porque no los tenga... Pero ¡aún hay más! No tengo porqué pagarlo ya (yo que iba a salir corriendo al banco a por el dinero... ah, no, que no...): en cómodos plazos de 40 euros al mes durante 36 meses a partir de Noviembre. Todo magnífico, ¿verdad? (Eso sí, los precios de cada producto los sabe de memoria, las cuotas mensuales las sabe de memoria, el precio total de los tres productos no lo tiene ni que sumar.... pero cuando tiene que hacer un cálculo simple de restar algo que le pido que quite, tiene que sacar la calculadora del móvil....). Sin embargo, a mí esta ganga tremebunda, me chirría un poco (no sé porqué...), así que le digo que yo no le puedo contestar, en casa vivimos 4 y esas decisiones las tomamos las 4. Y aparece un nuevo "pero": El premio es sólo para hoy, así que debo contestar. Como le digo que evidentemente es un no, me dice que por haberles dado la oportunidad de hablar conmigo, me dejan hasta el viernes, para que lo hable con mi familia. Le digo que entonces me deje el papel donde está todo anotado para poder contarles todo, y hablarles de los productos, y me dice que no me puede dejar ese papel, pero me deja la copia del "recibí" del regalo, con los precios definitivos de los "regalos" apuntados en una esquina. Finalmente se despide con un ya me llamarán, y adiós muy buenas.

La verdad es que me he quedado alucinada con la táctica en cuestión. Supongo que entre tanta adulación, y tanto número, y tanto cálculo y recálculo, a más de un ama y amo de casa mayor y desentrenado, le habrán hecho firmar el papel que dice que mensualmente se pasará un señor a cobrar sus 40 euros al mes por su casa (tal cual). 

Busco por internet la empresa en cuestión, para informarme si es real que abren en el barrio (por curiosidad, porque tengo interés nulo en aceptar el timo), y me encuentro con lo siguiente (ojo a la fecha): 

Ojo GLM, no es Grupo lo Monaco sino Global del Libro y del Menaje) y tiene su domicilio en el pueblo de Villanueva del Pardillo.
A mi me han querido vender hoy “2 magníficos regalos a escoger” por los que tenía que pagar solo el IVA.
Afortunadamente al final no me he decidido y al consultar los precios por internet resulta que veo que era una estafa(aunque eso sí con pago distribuido en 36 meses)
Pero no solo eso, sino más comentarios de gente que realmente ha caído en la trampa, que ahora poseen productos que se han deteriorado antes de terminar de pagar los cómodos plazos, y sin amparo alguno ante la ley por haber sido timados.  Y en parte creo que se lo merecen, aunque sienta cierta pena por ellos, por dejarse llevar por el consumismo impulsivo, absurdo e innecesario. Supongo que el muchacho que ha venido a venderme la moto, cobrará una basura, que deja de ser menos basurilla cuando alguna abuelita o abuelillo cae en el negocio, y que además forma parte de un negocio totalmente piramidal, donde hay cuatro caraduras que se están lucrando a costa de estos comerciales de baja moral, y de pobres abuelillos y demás gente "despistada". 

Indignada me quedo tras la experiencia.

Ahora preguntadme porqué detesto el sistema en el que vivimos...

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