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#EstaEsMiManada. Ayer estábamos conectadas. Codo con codo. Como seres micélicos, unidas por un sentimiento, por un momento, por una vida, por millones de experiencias, por siglos de historia… Todavía siento un nudo en la garganta. Se mezclan la ira y la emoción. Y el agradecimiento de ver a tantas hermanas, de encontrar a cada paso a muchas, y abrazarnos con alivio y sororidad, de sentir desde lejos a tantas que no podían estar, y otras que ya no estarán jamás, porque les han arrancado de golpe, o de golpes, la posibilidad de hacerlo… Con lágrimas en los ojos. Llevaré la jornada de ayer tatuada bajo la piel. Y también mis hijas, para que no olviden que no deben tener miedo. Para que se grave a fuego en su carácter cada palabra que coreanos ayer todas juntas hasta dejarnos la garganta. Hoy me duelen las piernas de recorrer Madrid. Pero no es nada comparado con el dolor que siento en el alma. Solo el orgullo que siento como mujer calma un poco esa pena. Orgullosa de mis hijas, orgullosa de mis amigas, mis compañeras, mis vecinas, mi manada…