De pequeña y adolescente detestaba el otoño.



De pequeña y adolescente detestaba el otoño. Me parecía gris y triste. Ahora entiendo la tristeza como parte del proceso, necesaria y aceptable. Y veo el otoño lleno de colores, aquellos que no dió la primavera, que se guardó para poder dar la bienvenida a la quietud del invierno. Ahora entiendo que todo es cíclico, la vida es cíclica, las personas somos cíclicas... Y cada ciclo tiene su motivo, que hay que conocer, aceptar y disfrutar. Y en mi vida cíclica (en lo que llaman la crisis de los cuarenta) he entrado en esta nueva etapa llena de color, llena de aprendizajes, de experiencias, de gente nueva, y la estoy disfrutando así, como se disfrutan los últimos rayos de sol de una tarde de otoño. (en Parque Madrid Río) 

https://www.instagram.com/p/CIOyr77F2Qw/?igshid=zmaaonlvrsij

Comentarios