La verdad es que siempre he sido más de novelas fantásticas, de...



La verdad es que siempre he sido más de novelas fantásticas, de las que recrean situaciones imposibles en mundos inexistentes, de las que te evaden de la realidad porque cualquier paralelismo con ella es mera coincidencia. Y luego llegó la maternidad. Y al poco los smartphones. Sí, no voy a negar que podía haber retomado ese ritmo de lectura de mi yo quinceañero. Ahora me resulta más sencillo robarle momentos de lectura al verano, y últimamente apilo libros en mi mesilla, entre ensayos varios y novelas históricas, que son mi nueva predilección literaria, junto a los textos teatrales. Este verano le dedicaré mis momentos de calma a La Casa de los Espíritus de Isabel Allende. Hoy he tenido la fortuna de presenciar un ensayo de la adaptación de Anna María Ricart dirigida por Carme Portaceli. La puesta en escena va a ser muy interesante, entre la sencillez y la complejidad de la historia que se cuenta. Una historia muy necesaria que habla de feminismo, de tolerancia, de la necesidad de conocer nuestra historia personal y la historia que nos precede para entender el punto actual en el que estamos, de la importancia de luchar por lo que creemos con lo que tenemos, y de muchas cosas más, porque esa es su riqueza. Y esto no lo cuenta, pero nos muestra la facilidad que tenemos para caer de nuevo en los errores que ya vivimos por experiencia propia o ajena. Creo que es una puesta en escena necesaria, y aunque extenso, merece la pena disfrutarlo y reflexionarlo. No podía haber celebrado el Día del Libro de mejor manera. Gracias @sralvarodeblas por el regalito. (en Teatro Español)
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